En la actualidad con las prácticas de ahorro energético, se han desarrollado nuevas tecnologías más eficientes y menos contaminantes. Las calderas de condensación, son los aparatos que mejor responden a esta forma de ahorro de energía con una baja emisión de gases contaminantes.
Estos equipos están diseñados con una tecnología eficiente para lograr un mayor rendimiento y aprovechamiento del calor de condensación que se producen por el humo de la combustión, este sistema aprovecha el vapor del agua y lo devuelve en estado líquido.
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Este aparato se basa en el proceso de condensación, que es el resultado de un cambio de estado gaseoso a estado líquido.
Las calderas de condensación trabajan a temperaturas bajas, las mismas condensan el vapor del agua presente en los gases de combustión para precalentar el agua entrante que se quiere calentar. Por medio de su funcionamiento pueden llegar al 98% de rendimiento según la temperatura de trabajo del calentador.
A su vez, se podrá mejorar la eficiencia del sistema de condensación, añadiendo a la caldera elementos adicionales de regulación como los termostatos modulantes o válvulas termostáticas en el circuito de la calefacción.
Por tanto, las calderas de condensación para producir el calor usan el poder calorífico inferior PCI que es la cantidad de calor que puede producir un combustible, ya que los mismos se presentan en estado gaseoso. También, usa el poder calorífico superior PCS, que es el calor del vapor de agua, al se denomina como calor latente.
La utilización de una caldera de condensación permite un mayor uso del calor latente, por tanto se reduce el calor y la temperatura de los gases del proceso de combustión. Por el contrario, en una caldera tradicional perderá este calor latente que es evacuado por la salida de humo, teniendo temperaturas muy elevadas.
1.- Alta eficiencia energética
Con la instalación de este tipo de calderas, se podrá conseguir un rendimiento cercano al 100% sobre el poder calorífico. Este poder se logra ya que estos aparatos consumen menos gas y recuperan el calor latente que proviene del proceso de condensación al evaporarse el agua. Por el contrario, en las calderas tradicionales se desperdicia por la pérdida del humo.
2.- Ahorro en facturas
Con este sistema de condensación, consigue un ahorro de 30% en el consumo de energía, por tanto es un ahorro considerable en el pago del gas mensual. El precio de los calentadores de condensación son un poco elevados, pero su ahorro se verá a la larga con el pago de las facturas.
3.- Baja emisión de contaminantes
Con este novedoso sistema que trabaja a bajas temperaturas, se reduce la emisión de hasta un 70% de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono, reduciendo la emisión de gases que provocan el efecto invernadero y contaminación en el ambiente y daños en la salud pública.
4.- Demanda en funcionamiento
Con la caldera de condensación podrá ajustar efectivamente la variación de la demanda en cualquier nivel de funcionamiento del aparato. Posee una potencia mínima, por tanto no necesita parar el calentador, contrario a las calderas tradicionales.
5.- Bajo nivel de ruido
Contrario a las calderas convencionales, con este sistema se evita cualquier tipo de ruido, tanto al encender como apagar, ya que el ventilador que trae adaptado ofrece la posibilidad de dispersar la cantidad de combustible que se quema.
Las calderas de condensación presentan muy pocos inconvenientes, las mismas han demostrado ser el aparato más eficiente para generar agua caliente por medio del gas.
Sin embargo, podemos señalar algunas desventajas que pueden tener, entre ellas se encuentran:
En la actualidad, la notable evolución en la tecnología, han permitido desarrollar modernas y avanzados diseños de calderas de condensación, algunos ya no ocupan tanto espacio, otros intentan retener el humo el máximo tiempo posible para conseguir el mayor rendimiento energético posible. Por tanto, estas calderas son una excelente opción de eficiencia energética.