Un termostato es un dispositivo que en palabras sencillas, podría definirse como la evolución de un termómetro.
Esto porque su función principal, es la de medir la temperatura del lugar en el cual está dispuesto, pero además cuenta con otras funcionalidades importantes, por ejemplo, la posibilidad que tienen de controlar y regular dicha temperatura bien sea aumentándola o disminuyéndola según el frío o calor de la vivienda.
Y es que, aunque la definición de termostato parece ser algo simple, debes saber que en realidad su funcionamiento es algo un poco más complejo.
Es importante conocer cómo funcionan, los tipos que existen y las características de cada uno, para poder elegir el que mejor se adapte a cada vivienda y a cada caldera de condensación.
Antes de comenzar a explicarte todo con detalle, cabe destacar que todos los termostatos sin excepción alguna se encargan de abrir o cerrar el circuito eléctrico del sistema de calefacción o de refrigeración.
Por otra parte, también se encargan de medir el nivel de humedad, la temperatura externa y la concentración de CO2 del lugar, por todo esto, consúltanos todo aquello que no te quede claro, aquí.
Son los convencionales que están equipados con una rueda que, al girarla, brindan la posibilidad de aumentar o disminuir la temperatura.
Su funcionamiento se da mediante un par de metales y estos se unen haciendo contacto según la temperatura. Es así como es posible que puedan controlar el encendido o apagado de la caldera, esto en función de si se llega a la temperatura reglamentaria o no.
Algunas de las ventajas de este tipo de termostatos es que:
Sin embargo, también cuentan con algunos puntos en contra, como su tecnología obsoleta y la poca precisión con la que cuentan.
Lo más relevante de este tipo de termostatos, es que son más precisos que los analógicos. Estamos hablando de que cuentan con una precisión de 0,01°C.
Los termostatos digitales cuentan con una pantalla en la cual se puede visualizar la temperatura de la vivienda y se fija la temperatura de consigna a la que se quiere tener el lugar.
Su alta precisión permite que se obtenga la temperatura exacta que se desea, lo que se traduce en eficiencia, dado que solamente se consume lo estrictamente necesario.
Sus principales ventajas tienen que ver con:
En la actualidad, lo más común es instalar este tipo de termostatos. Esto porque es más preciso que el digital convencional.
Cuando lo has programado, te permiten controlar el encendido y el apagado de la calefacción, pero, con la opción de poder determinar a qué hora debe arrancar y parar. Además, es posible determinar la temperatura por días u horas, entre otras funciones.
Algunas de sus principales ventajas son:
Hasta este punto, los termostatos que te hemos mencionado funcionan con una conexión eléctrica con la caldera de condensación. Sin embargo, estos no necesitan ningún cableado, sino que, emiten una señal a través de una red de radiofrecuencia.
Algunas ventajas son:
Estos funcionan de forma muy similar a los digitales, pero con la implementación de las nuevas tecnologías para su ajuste y programación.
Es decir, cuentan con una aplicación móvil para que desde un smartphone se puedan realizar todos los ajustes necesarios.
La condición es que el termostato esté conectado a la red wifi de la vivienda.
Estas son algunas ventajas:
Este tipo de termostatos se pueden incluir dentro de los digitales, y pueden ser con cables, con conexión wifi o inalámbricos.
Varían la potencia de la caldera en función de la temperatura interior y exterior, en caso de que dispongan de una sonda adecuada.
Estos son únicamente para las calderas de condensación que permiten modulación. De esta forma es posible obtener el máximo ahorro energético.